jueves, 9 de julio de 2009

DISCURSO SOBRE LA PATRIA

I
PATRIA, dulce promesa de vísperas y ayeres:¿por qué vienes a mí como una extraña culpa?
Yo sé que otros ornaron tu frente con laureles y músicas triunfales;
yo sé que otros bruñeron en tu honor sus espadas en días más gloriosos;
yo sé que otros te amaron más allá de sus muertos,sus miedos y sus penas;
yo sé que otros te oblaron sus vidas en las islas que nos robó el inglés,
pero ¿qué pude yo reclamar en tu gloria? tan sólo ensoñaciones que se ha llevado el viento,vítores repetidos y cánticos patrióticos.
Nada, si bien se mira, para lo que me diste:la callada conciencia de saberme una parte de tu forma entrañable;y sentirme marcado, como a fuego, por todos los lujos de tu historia;y la risa y el llanto, según las estaciones de tu cambiante rotación.
¿Cómo podré decirte que sos lo que más quiero?
II
¿Desde qué lejanías vuelves hoy y reclamas una deuda de amor,las últimas monedas que atesora mi vida?
De niño yo te vi tremolar en el Sur,y fuiste a la inocente castidad de mis ojos un mandato excitante de batallas y gloria.
Después te vi cruzar,sola, las intemperies de la pampa remota,y eras como mi madre arrodillada entre un campo de miesesy un potrero de escarcha.
Y más tarde sufrí tu amargura de euménide en el altar de nuestros muertos. (Eras, PATRIA, una estatua de llantos sin palabras y yo te amé en la augusta soledad de tu pena más allá de la bronca,la pasión y la furia.)
¿Cómo podré decirte que sos lo que más quiero?
III
¿Debo gritar, ahora que tu ensueño es le mío y que es mía, también,tu pobreza de rica que se ha venido a menos?
A veces me pregunto:
¿alguien puede mover hacia atrás el destino y detener las aspas de molino del tiempo y represar los días,esa navegación fatal de nuestra sangre?
¿Alguien puede tallar el mazo de la vida y embretar el azar,premioso de ganancias,sin columbrar que somos cartones de otro juego y el tallador es Dios?
Y, de nuevo, pregunto:¿alguien, tal vez Mandinga, puede torcer designios y patear el tablero con lo que estaba escrito en los libros secretos de la Divina Providencia?
¡Yo te incito a romper las cadenas ocultas y a exorcizar el maleficio y a soltar las maneas, para que sean eternos los laureles de gloria que otros hombres mejores nos legaron un día!
¿Por qué no, PATRIA hermosa, si eres una promesa que despunta del miedo;y un suelo labrantío para plantar laureles
(¡y es buena la estación!);
y, tal vez, un pegaso de remos anhelantes en galope hacia el cielo?
¿Cómo podré decirte que sos lo que más quiero?
IV
¡No ha de ser tu destino sino la suma y resta de cada uno de nosotros;no ha de ser tu destino la invitación a una kermese con premios y algaraza!
Ha de ser la obstinada construcción de la espiga que sabe, grano a grano,prefigurarse en pan;
o esa lluvia que cae sobre las melgas olorosas y sabe, gota a gota,sustentar la cosecha;
o el pueblo, que desborda como un río la historia,y sabe en cada uva dar su peso al racimo.
¿Cómo podré decirte que sos lo que más quiero?
V
Yo sé que mi discurso tiene el ala del ángel y el grito del chajá:con el ala rebate las aldabas del cielo;con el grito taladra los tímpanos de plomo de la desesperanza.
¡Ha llegado tu hora PATRIA, dulce promesa!
¡Ya en el aire se huele como un advenimiento y la noche apesebra la navidad del día; es que viene creciendo un río por debajo de tu forma doliente y su luz ya desborda las esclusas del tiempo!
(PATRIA: siempre te supeinextinguible y cierta como la luz del sol y, acaso; impredeciblec omo la exaltación de las tormentas.)
¿Cómo podré decirte que sos lo que más quiero?

José María Castiñeira de Dios

1 comentario:

Ester Lina dijo...

Hermoso texto!!! En el día de la Patria la presidenta nos convocó a todos los sectores a discutir una profunda reforma política.
Saludos